La hoja de la alcachofa contiene magnesio, potasio y esteroles, los cuales actúan en cierta sinergia con la cinarina, una sustancia tanto aromática como amarga.
Eso sí, la alcachofa presenta una importantísima actividad reguladora de la secreción biliar, estando indicada en casos de mala digestión de las grasas, ictericia e hígado perezoso.
Ayuda a regenerar las células hepáticas, ayudando a combatir las sustancias tóxicas, y puede ser ideal en casos de hígado graso, a la vez que es capaz de reducir el colesterol alto.
Además, la alcachofa puede convertirse en un excelente depurativo, ayudando a nuestro organismo a expulsar las diferentes toxinas y sustancias que no necesita.
Por este motivo, tampoco debemos olvidarnos tampoco de su consumo en dietas de adelgazamiento y de control de peso.
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